Catedral Metropolitana de Guayaquil

Según la fe católica que profesamos, toda iglesia es casa del Señor, porque se destina a la celebración del Santo Sacrificio de la Misa, que renueva la inmolación de Jesús en la Cruz, para la proclamación de la palabra de Dios y la administración de los sacramentos. En ellas se guarda el más precioso tesoro de gracia y salvación: la misteriosa presencia de Jesús en la Eucaristía.

Fue construida por francisco Xavier de Garaicoa primer Obispo de Guayaquil. El 29 de enero de 1938, S.S. Gregorio XVI elevó al rango de diócesis nuestra jurisdicción y de “Catedral” a nuestra Iglesia mediante la bula “In Supremo Beati Petri”.

        Nuestra Catedral, presenta por su armoniosa arquitectura y sus grandes dimensiones un reflejo de la hermosa provincia del Guayas. Cabe destacar la belleza de los vitrales que hay, puesto que filtran el sol tropical y producen una moderada luminosidad en el interior del templo. Esas vidrieras representan escenas de la vida del Señor, los profetas que la anunciaron y los apóstoles que ejecutaron su mandato, además de representar a los santos y beatos ecuatorianos.

A ella acuden miles de fieles católicos para alabar a Dios, la celebración de los Sagrados Sacramentos de la religión, etc. En los días festivos de calendario litúrgico como: Miércoles de Ceniza, Semana Santa, Pentecostés, Noche Buena, etc. se puede constatar la gran cantidad de laicos que acuden a las iglesias debido a su fe.                                                                                          La Catedral es la Casa del Señor y de todos, la cual siempre estará abierta para todas las personas que quieran rezar y participar del culto divino.